miércoles, 26 de julio de 2017

La declaración

LA DECLARACIÓN

Mariano Rajoy Brey, a la postre presidente del Reino de España, declara hoy en un juzgado por la supuesta corrupción de su partido. El titular está dando mucho juego, pero será eso, un titular que olvidaremos a la vuelta de las vacaciones, aquellos insolidarios que las tengamos, claro está.

Me anticipo por horas a esa declaración y me atrevo a afirmar que la misma no significará gran cambio en la realidad corrupta del Estado. No sé, no me consta, ese sobre del que usted me habla, ¿Mariano Rajoy? No sé de quién me habla. Y así terminará el nuevo capítulo.

Nueve fallecidos, un hombre en coma, ordenadores destruidos, incontables cabezas de caballo sobre sábanas de satén entre orgía y orgía. No importa nada, ES-PA-ÑA está por encima de esas nimiedades. ¡Se rompe, coño! Y ante eso ustedes se preocupan por cuatro corruptelas. Qué mejor que poner a los jueces a trabajar y que controlen las cuentas de Catalunya. Que han desaparecido 6150 €, y puede que se hayan dedicado a comprar urnas.

Es que os ponéis tiquismiquis por unos milloncejos de ná que se desvían a cuentas en Suiza, en Panamá, y hasta en Gibraltar, u otros que sirven para financiar campañas y bocatas de jamón para llenar plazas de toros, y no veis lo importante, que en Venezuela el gobierno detiene a jueces que han elegido en el Parlamento. ¡El acabose! Aquí los jueces los elige directamente el Gobierno y a nadie se le ocurre detenerlos, al menos mientras no muerdan la mano que les da de comer, a ver si se les va a ocurrir tomarse en serio eso de investigar la corrupción.

El caso es que hoy declara Mariano Rajoy Brey. ¿Cambiará algo? Sí, no sé, tal vez, depende. Quizás Urkullu nos podría decir algo, al fin y al cabo parece que tiene línea directa con el gallego, el registrador de la propiedad. Pero de eso tampoco habrá noticias. El negocio es el negocio, y de él estamos excluidos quienes no estamos invitados al banquete. Al fin y al cabo, creo que ya todos sabemos de qué va esto. No son manzanas podridas, ni siquiera es el árbol, la corrupción es el sistema, y es el sistema el que quiere que la corrupción sea el presidente. Y así suman 13 millones de votos entre el PP y el PsoE, sin contar con los aprendices regionalistas que no aparecen en las listas hasta que se les ocurre hablar de independencia, ¿verdad, Iñigo?


Hoy declara Mariano Rajoy Brey, mañana todo seguirá igual. UNA, GRANDE y LIBRE de impuestos para los corruptos. Así vamos, así nos quedamos. Apuesto por Rato para la siguiente “novena”. 

jueves, 20 de julio de 2017

La Colonia que se cree Imperio

LA COLONIA QUE SE CREE IMPERIO

Castilla se hizo Imperio allá por el medievo. Se proclamó España sobre Tirios y Troyanos. Expandió su dominio allende los 7 mares. Y se replegó sobre sí misma. Hoy aún mantiene pueblos bajo su yugo, pero de Imperio no le queda nada. Nunca se adaptó Castilla a la máquina de Vapor, acostumbrados sus nobles a “vivir de la renta”. Sin burguesía amante de las guillotinas ninguna revolución político-social arraigó en la Meseta. Y no por falta de intentos, desde todos los frentes y pueblos. Comuneros, Irmandinhos, els segadors… Intentos todos frustrados a sangre y fuego. Sin inversión, la España Imperial perece en su inacción. Poca industria, precaria, de primera transformación a excepción de pequeñas islas vasca y catalana, pueblos ajenos a la planicie esteparia peninsular que aplicaba políticas coloniales hasta en sus límites territoriales. Paseen por Extremadura, Andalucía, Canarias. Y con esos mimbres entró Castilla al siglo XX.

El siglo del transporte dónde el automóvil se hizo Rey y un Dictador genocida trató de subirse al carro. Sin convicción. Sin tejido industrial, ni industriales convencidos, con nobleza y clero cómodos en sus privilegios. Y Castilla, España por la gracia de Dios y un sinfín de sangrientos criminales, se convirtió en Colonia. Ofreció a su pueblo como materia prima. Trabajadores de maquila para los imperios del Atlántico Norte. Industrias francesas, alemanas, estadounidenses alimentando los estómagos penínsulares, y los bolsillos del arriendo de la nobleza. Sol, playa, y mano de obra barata.

Desaparecieron las distancias. El mundo es un pañuelo. Las que eran colonias extractivas las convirtieron en productivas, y la industria imperial en suelo hispano se desplazó a los nuevos nichos. África, Sudamérica, Asia. China despierta. En España sol y playa, fábrica de tabernas, pero orgullosos. Siguen Cara al Sol. Aunque sea atendiendo un chiringuito. Mantienen sus colonias, sus pueblos oprimidos y se siguen creyendo Imperio.


Y viene orgulloso de la Metrópoli un gobernador, a vender en Gasteiz las bondades de estar bajo el mismo mástil. Se saben con el favor de la nobleza de la colonia con la que acuerdan la estabilidad castellana. Y nos dice Alfonso Alonso con orgullo, desde la planta de una multinacional germana, que España es la segunda productora de vehículos del mundo. Sin marca propia, sin tecnología, maestros del ensamblaje a precio competitivo. Rindiendo pleitesía periódica al Señor no se vaya con la fábrica a otra parte. Tratando al Gobernador Titos como empresario. Viajando Lehendakaris a Stuttgart a prometer mayores prebendas. No hay salida si franceses y germanos se van con la música a otra parte, tampoco parece nadie estar preocupado. Sin alternativas, orgullosos de que vengan a visitarnos más y más ciudadanos imperiales a disfrutar de nuestra gastronomía, nuestras ermitas de Rocadragón. Somos colonia de la colonia. Una sola esperanza, que els segadors marquen camino en octubre y despertemos.  

martes, 18 de julio de 2017

Somos los nietos

SOMOS LOS NIETOS…
Seguramente muchas de las que leáis este post al ver el título habréis empezado a tararear el tema de La Polla, “Somos los nietos de los obreros que nunca pudisteis matar…” Y hoy vengo a deciros que, aunque puede que muchos lo sean, la verdad es que en este Estado de Desecho en el que vivimos son más quienes son nietos y biznietos de los fascistas que alcanzaron el poder. Así es. Duro y descarnado. El golpe de estado se llevó por delante a varias generaciones de luchadoras. Muertos en la batalla, asesinados en la retaguardia, represaliados en la derrota, humilladas, emigradas a los campos de concentración franceses, a la lucha contra el fascismo en la II Guerra Mundial, a Auschwitz, a México,… Partimos en clara desventaja.



Hoy, 18 de julio, las redes arderán denunciando aquel golpe y a quienes aún hoy lo perpetúan. Yo siempre he celebrado el 19. El sueño, la utopía de una revolución social inconclusa. De la Diagonal repleta de barricadas y naranjeros sin aroma a azahar. De Durruti, de los hermanos Ascaso tomando el cuartel de Atarazanas. Del cuchillo y la mantequilla en Aragón. De las puertas del Pilar. De la enésima traición. De la defensa de Madrid. Prefiero pensar en el sueño truncado.

Después la noche más oscura para unos, el sol eternamente en su cenit para los vencedores. Armados de poder, de bula, de impunidad. Sin transición, sólo un leve girar y algo de maquillaje. Pero al otro lado no queda casi nadie. ¿Quién defenderá las Ramblas? Llegamos al 81º aniversario de la derrota, y no se han recompuesto las defensas. 81 años de Una, Grande y Libre que abrazan derecha e izquierda al unísono.
Es cierto, despierta levemente la conciencia. La rebeldía acallada. Hoy se ven más tricolores en los balcones. También resurgen viejas pretensiones catalanas. El pueblo vasco parece decir algo, pero sus Jauntxos todavía están valorando su precio en el mercado, como aquel 18 de julio, como aquel acuerdo de Santoña. Pero la revolución quedó olvidada. Nadie asalta los cielos. Se aspira a la nada.
Toda violencia injustificada, aun cuando los tanques en Bruch nos recuerdan a Queipo, Mola, Sanjurjo, Franco. Si hoy es 18 de julio, mañana no habrá nadie tras las barricadas. Quizás otro Largo Caballero firme otra traición por un puesto en el Consejo de Estado.


Se equivocaba Don Gregorio al gritar; “si conseguimos que una sola generación crezca libre, tan solo una sola generación, ya nadie les podrá arrancar nunca la libertad, nadie les podrá robar ese tesoro” o quizás tenía razón y lo que nos falta es libertad, y la libertad cuesta, no vendrá con batucadas. Así que hoy, 18 de julio, a 81 años de la barbarie perenne, con los tanques a las puertas de la Ciudad Condal, hazte una pregunta; ¿A qué abuelo vas a honrar? La primera batalla del sueño se librará en octubre, 100 años después, no caben medias tintas. De perfil sólo los reyes en las monedas.


“Quien quiera ser águila que vuele. Quien quiera ser gusano que se arrastre, pero que no grite cuando le pisen”

lunes, 10 de julio de 2017

¡Qué se mueran los viejos!(pobres)

¡QUÉ SE MUERAN LOS VIEJOS! (pobres)
Ya está, ya lo he dicho, que se mueran todos… menos yo. Ya lo dijo la inefable Christine Lagarde “Los ancianos viven demasiado y son un peligro para la economía”. La susodicha, con 61 años, está a un paso de suicidarse para aligerar al Sistema de su gasto. Y es que ya se sabe, los viejos son una carga. Se pasan el día ociosos, viajando con el IMSERSO, y encima requieren muchos cuidados, muy caros. ¡Eh! Que los niños también, pero claro, estos son una inversión de futuro, mientras que los viejos sólo tienen pasado.
Hoy he leído un nuevo informe vacuna, de los que te van inoculando miedo para que no te duela “su” verdad cuando llegue. Ese informe que nos dice que por cada cien jóvenes viven 145 pensionistas. Pánico. ¡Esto es insostenible! Así no podemos ir a ningún sitio. Hay que retrasar las pensiones, o mejor eliminarlas. Volvamos a la selección natural, que sólo sobrevivan los fuertes, los capaces de trabajar, o los ricos, que estos no molestan y pueden vivir hasta que deseen, y son una gran pérdida para la humanidad. Fíjense en Amancio Ortega, 81 años, pero ahí sigue, al pie del cañón, recibiendo dividendos multimillonarios y donando máquinas contra el cáncer. Ese es el modelo.
Tenemos un problema. Por lo visto para llegar a viejo lo importante ya no es la calidad de vida, lo importante es que haya relevo generacional. Poneos a procrear ya, coño, que yo tengo la jubilación a la vuelta de la esquina. Pero claro, lo de procrear mucho tampoco es sostenible. La vida está muy mal, es muy cara, no hay futuro, y además, un 30% de los que nazcan estarán condenados al paro. ¡Vuelvan los Sex Pistols! ¡No Future!
Añadamos a la ecuación que todos los estudios científicos aseguran que el planeta está  superpoblado. La economía está sobrecalentada. Ya no es problema de que no haya comida para tantas bocas, sino que la acumulación de riqueza no da más de sí. En el 1% ya no caben más. Molestamos. Y los que más molestan son los viejos. Así que vamos a ir haciendo propuestas para dar soluciones antes de que sea demasiado tarde.
Alarguemos la edad productiva. ¿Hasta dónde? Hasta que la persona en cuestión considere que el poco dinero que ha podido ahorrar le dará para subsistir hasta el fin de sus días. Si eso no se da que done la última gota de su sangre en la obra. ¿Pensión de jubilación? La que se pueda pagar.
La sanidad como los talleres. A partir de cierta edad las averías no se arreglan, siniestro total. Centremos nuestros pocos esfuerzos en reparar los engranajes productivos, el resto es vicio, y los vicios que se los pague cada cual. Esto incluye todo tipo de cuidado. Residencias para quien pueda, al resto que lo cuiden en su casa que para eso están las mujeres, que las tenemos ociosas y les está dando por pensar.

Y si todo lo que te cuento no te convence, entonces tú también nos sobras, rojo, disidente y antisistema. Si crees que la vida es otra cosa, que tiene que ver con sentir, ser, disfrutar, compartir… eres un estúpido que no ha entendido nada, esa es la vida de los elegidos, la tuya tiene que ver con ser un engranaje perfecto de esta maquinaria. Nace, crece, reprodúcete lo justo, produce, consume y muere. Y a poder ser hazlo joven y por alguna patria, que ya nos lo dice Goldman Sachs, “hace falta una gran guerra o una fuerte recesión”

miércoles, 5 de julio de 2017

62,5 años no son nada

62,5 AÑOS NO SON NADA
No lo son. Sesenta y dos años y medio son menos que los 80 que lleva el franquismo gobernando España con diferentes maquillajes, y ahí lo tienen, lozano y resplandeciente. Sesenta y dos años y medio por el tobillo de un Guardia Civil lo convierte en el tobillo más caro de la historia, ni el de Messi tendrá esa tasación.

Es cierto, y raudos saldrán de la caverna para recordárnoslo, que se trata de la petición fiscal, que esta será reducida seguramente por el juez o la jueza. Pero cabe decir dos cosas. Por mucho que se reduzca dicha petición, la condena huele a exagerada, vengativa y ejemplarizante, pero no huele a justicia, la mires por donde la mires. Y tampoco es tontería pensar que la fiscalía, esa que pide sesenta y dos años y medio por un tobillo roto a un Guardia Civil fuera de servicio y en un bar a las tantas de la madrugada, es la misma fiscalía que ejerce de defensa cuando el acusado es alguien de la Familia Real, o del PP o…

62,5, sesenta y dos años y medio, hirurogeitabi urte eta sei hilabete, LXII, lo digas como lo digas es una condena a muerte. Sí, es así. Basta mirar las estadísticas de las prisiones españolas en las que mueren más de 200 reos al año y con esta barbaridad de años… tienes más boletos que Fabra en la lotería de Navidad. Y sí, ya sé que no se cumplen íntegros, pero sigue siendo una condena a cadena perpetua, ¡Por un tobillo!
En total han sido 375 años los que pide la fiscalía para ocho jóvenes de Altsasu por una pelea de bar que de haber sucedido en Alcántara se hubiera saldado con multas de entre 600 y 6000€. Y las comparaciones son odiosas. Para los responsables (juzgados) de los GAL se pidió en su día 271 años por 27 asesinatos. No cumplieron ni un 10% de esa condena. 22 años piden a una “manada” de descerebrados que violaron, robaron y golpearon a una joven. El kilo de Guardia Civil se paga muy caro, parafraseando a Federica Montseny.

Hoy me hierve la sangre. Esto no es un Estado de Derecho. Vivimos subyugados a un Estado de Desecho permanente. Y que nadie vea aquí una justificación de los hechos. Creo que nunca se puede justificar una paliza grupal a las tantas de la mañana, por muchos “peros” que se quieran poner. Pero de ahí a juzgar por terrorismo una bronca tabernaria va todo un abismo.


Pero también me hierve la sangre por el silencio cómplice de quien piensa que no va con ellos. ¿Dónde se metieron ayer, dónde se meten hoy, los excelsos líderes de la “nueva política? Al menos Garzón e IU han hablado, pero ¿dónde están esos de la “política sensata”, esos “indignados” de coleta? Del enemigo sé que debo esperar, cuídate de quien se dice amigo y calla.