miércoles, 7 de diciembre de 2016

pecados veniales

PECADOS VENIALES
            De todos los preceptos religiosos que he ido conociendo a lo largo de mi vida, los pecados son, sin duda, aquellos que más inexplicable atracción me han provocado. Quizás porque no dejan de ser leyes y prohibiciones, y todo lo que está prohibido nos atrae.


            Existen pecados de todo tipo y color. Por pensamiento, por obra u omisión, –qué gran palabra tan olvidado su sentido y tan usado por nuestros gobernantes cuando de ayudar al prójimo se trata- pecado original, pecado top-manta, pecado mortal, pecado venial. Todos pecamos, incluso cuando no sabemos que lo hacemos, y el castigo es terrible, “la muerte del alma”. El pecado ha sido una de las formas más eficientes de control social desde su invención en el medievo, hasta nuestros días, aunque ahora cada vez sean menos los que les prestan atención.
            Para evitar “la muerte del alma” sólo hay tres caminos; Llevar una vida recta y sin mácula, que te aleje del pecado, aunque no lo olvides, siempre, siempre, llevarás en tu currículo la mancha del pecado original. Arrepentimiento, confesión y absolución. Aunque en teoría puedes realizar este camino a modo de self-service, la Iglesia te recomienda que lo hagas a través de un párroco que escuchará tus pecados, te impondrá una penitencia –con donativo incluido a poder ser- y finalmente de absolverá. Y por último existe un camino menos transitado para “limpiar el alma”, un camino pensado especialmente para ricos y burgueses, para que puedan pecar sin miedo, “Las indulgencias o bulas papales” (sí, ya sé que hay matices y diferencias entre una indulgencia y una bula, pero no voy a escribir una tesis, ni siquiera a plagiarla ahora que está de moda) Básicamente estas indulgencias y/o bulas consisten en reconocer que se ha pecado o se va a pecar y pagar una suculenta suma para que no cuente.
            Los tiempos cambian, y la Iglesia ya no es lo que era. Su reino no es de este tiempo aunque todavía tenga mucha capacidad de molestia. Dios tiene forma de billete, a los altares los llamamos bolsas, sus párrocos cambiaron hábito y sotana por traje y corbata, y ya no nos preocupa tanto la muerte del alma como la muerte del cuerpo. Pero seguimos creando pecados. Nos llenamos de prohibiciones para prolongar la vida revistiéndolo todo de saludables ejercicios, dietas y recetas para una vida sana. Y si no lo hacemos así, ahí está la nueva Iglesia-Estado para recordarnos que nos estamos saliendo del camino marcado. Para recordarnos que al encender un cigarrillo estamos pecando igual que si nos tomamos un carajillo. Y la lista de pecados aumenta sin cesar. Y ahora se desata en el Estado una campaña contra el nuevo gran enemigo de la salud, el azúcar.
            ¡Ay, pero qué adelantada a su tiempo fue la Iglesia Católica! Y así el Estado también descubre que los pecados no están tan mal, si te los puedes pagar. A las indulgencias las llamamos impuestos en el siglo XXI. ¡No peques! Por tu bien. Pero si quieres hacerlo sólo tienes que pagar.

            Y mientras tomo mi refresco en el bar me sorprendo al observar que desde la progresía esto no se ve mal. Y hablan de cifras, que por debajo de un 20% del precio inicial no tendrá utilidad. ¡Y me cago en D…! qué no os entiendo, que me estáis tratando de engañar. Que mi salud no os importa, que se trata de recaudar, y de hacerlo sin molestar a los grandes señores, y al Capital. Que si modificamos Sociedades, Riqueza, Patrimonio… se van a mosquear y se van a ir al Paraíso y nosotros acá. Y no me molesta la derecha, ellos ya sé a lo que van. Me sorprenden los progres queriéndome llevar al Mundo Felicidad.  

viernes, 2 de diciembre de 2016

El beso del psoe

EL BESO DEL P(so)E
            Todo aquel que escribe anhela en el fondo que sus textos pasen a la posteridad. No es algo exclusivo de los escribanos de novelas, o poemas. Aunque es cierto que en estos tiempos de levedad e inmediatez, lo que consumes hoy caducó ayer. Sin embargo ese anhelo está ahí. Por supuesto que la parte racional de mi cerebro es consciente de que ese nunca será mi caso, y mucho menos probable aun, escribiendo este tipo de post. Aun así he de reconocer que cuando escribo me gustaría lograr que lo que cuento no quede desfasado en menos de una semana. Algo que parece imposible si me empeño en hablar sobre cualquier asunto en el que el partido de Felipe, Susana y el resto, esté por medio.
            Hace exactamente una semana, 7 días, escribí sobre la Proposición de Ley de modificación del SMI en la que confluyó TODA la oposición parlamentaria y que supondría que el Salario Mínimo Interprofesional alcanzase los 800€ en 2018, y los 950€ en 2020. Pues bien, ayer mi escrito quedó superado por los hechos. El PsoE vuelve a traicionar a quien se le pone por delante y firma un acuerdo con el Partido Popular y dejan esa subida en un 8%, 707€. Sí, ahora vendrán con lo de la responsabilidad de Estado, con el realismo, y todas las justificaciones que quieran vender, pero la realidad es tozuda y lo que ha hecho el PsoE no es más que ser fiel a su tra(d)ición e historia. Quizás ahora nos quieran hacer ver que han conseguido arrancar un acuerdo al PP en contra de los deseos del partido de la gaviota con ínfulas de albatros, pero en realidad lo que han hecho ha sido aflojar el nudo de la corbata de esparto.
            Sin duda no debería sorprendernos esa forma de actuar. Para quienes hemos pasado y pasamos horas y horas entre libros de historia, el PsoE no puede, por más que lo intente, tener credibilidad alguna. Leía no hace mucho un blog en el que explicaban que el PsoE no tiene 137 años en referencia a la supuesta traición que supuso el Congreso de Suresnes para el Socialismo. Yo mantengo que sí, que no han cambiado, que una cosa es el discurso y otra es la realidad, que el PsoE ha sido siempre el Judas de la clase obrera. Y si no te lo crees sólo tienes que indagar los motivos por los que la Revolución de Octubre del 34 sólo arraigó en Asturias. Pregúntate quién gobernaba y dirigió la masacre de Casas Viejas en el 33. Lee los discursos de Largo Caballero y después compáralos con los actos del PsoE, y la UGT cuando sus opciones de tocar poder aumentaban.

            Por todo ello, para los que creemos (utópicamente) que tenemos la sangre roja y el corazón a la izquierda, cada vez que alguien pretende incluir en ese hipotético saco que es la izquierda al PsoE sentimos que nos tratan de estúpidos. Entendemos que en la lucha de poder hay pasos que son ineludibles, que a veces hay que hacer aliados hasta en el infierno, que a veces hay que ser pragmáticos, sí, lo entendemos, pero lo que no podemos soportar es ésta manía de hacernos trampas al solitario. La primera vez que me traicionas es culpa tuya, la segunda es mía, la tercera yo también seré un traidor.

miércoles, 30 de noviembre de 2016

Pablo y las camas de hotel

PABLO Y LAS CAMAS DE HOTEL
            Si las camas hablasen serían tantos los secretos que podrían contar que probablemente nadie quedaría indemne. Otro tanto ocurre con las alcobas, con las camas. Allí dónde con la luz apagada, o encendida según los gustos, damos riendas a nuestras pasiones. Algunas confesables, otras, que jamás confesaremos. Aunque de estas últimas son mejores testigos otras estancias, allí donde os pilló el calentón, ascensor, sobre la lavadora, en el baño, ¡cuántas veces en el salón! Pero sin duda, las que se llevan la palma serán siempre las habitaciones de hotel. Allí donde lo formal sale de la rutina, y lo clandestino se disfruta a horcajadas.
            De los hoteles sabemos pocas cosas. No nos interesan en exceso. Indagamos por el precio, por las vistas, por la ubicación, aunque toda esta información es superflua para los amantes. Pero si hay algo que a todos sin distinción nos interesa de sobremanera, la limpieza. Deseamos entrar en una habitación perfectamente ordenada, e inmaculada. Limpia al extremo. Y si pudiésemos comprobarlo, desinfectada. Que a ver quién no ha visto un capítulo de CSI pasando sobre la colcha de la cama la luz negra para comprobar los restos resecos de fluidos corporales.
            Por tanto, podemos decir que si tienes en mente montar un hotelito, ya sea éste “con encanto”, o “clase excelsior”, o “discreto”, o todo junto y a la vez, la limpieza tendrá que ser tu prioridad. Eso lo saben muy bien los gerentes de las grandes cadenas hoteleras, y por eso su nivel de exigencia para con las “kellys” es tan alto. Pero ¡ya!. Nivel de exigencia por las nubes porque para eso solo hace falta un látigo en forma de reforma laboral, y el miedo al desempleo. De mejorar las condiciones laborales, o pagar salarios dignos, o invertir en recursos que faciliten esa tarea ni hablamos. ¿Para qué? Si son sólo limpiadoras. Es lo que hacen en casa gratis y aquí encima les pagamos. ¿4€ la hora? 2 si es posible. Y por cama, que está de moda lo de la paga en función de productividad, que se lo hemos oído a los emprendedores de moda, esos que hoy dirigen una gran empresa, mañana la patronal y después descubriremos que no pagan impuestos, estafan y cierran con millones en deudas y un patrimonio que no paga impuestos en Las Caimán.
            Ante esta situación es imposible entender de qué se quejan las limpiadoras de hotel, ¿de tener que hacer 15 camas al día? Buah, hay que ver cómo está el servicio. 15 camas, si yo he hecho la mía en alguna ocasión, cuando mi asistenta ha cogido su día de vacaciones, y me ha costado 5 minutos. Me vas a comparar a mí hacer 15 camas con pasar 15 consultas en el ambulatorio. Demasiado bien pagado está el tema. Y así, un tal Pablo Casado, cargo público del Partido Popular, se ha ganado que la progresía estatal le esté hundiendo a memes, tweets, e insultos de toda índole en redes sociales, prensa y televisión. ¿Se lo merece? Sí, claro, pero algo más también, quizás, sólo quizás, desaparecer de la vida pública, a un retiro espiritual en un hotelito, vestido con traje de Sissy Maid, cofia incluida, y haciendo 16 habitaciones al día. Y a poder ser, que sean de jóvenes europeos desfogándose en el Mediterráneo, para que disfrute de verdad. Aunque llegados a este punto, yo me conformaría con que simplemente tú no le votases.

            Y claro, ahora que ha salido lo de votar, (ya lo siento pero no me puedo resistir) que no va el otro Pablo, el Iglesias, y sus acólitos y se intentan convertir en abanderados de esta lucha por la dignidad. Que está bien. Que es un detalle. Pero es que a mí me chirría que quienes nos dicen que pierden las elecciones porque los pobres no les votan, porque los incultos nos les votan, porque los camareros no les votan, e incluso tenemos que leer de algunos de sus fieles seguidores que habría que limitar el derecho al voto a quien pueda acreditar entendimiento, se quieran arrogar ser la vanguardia de los desarropados. Ya lo siento, pero la ilustración fue un éxito social, el despotismo ilustrado fue, eso, despotismo. 

viernes, 25 de noviembre de 2016

¿subir el smi o bajar el SMI?

¿SUBIR EL smi ó BAJAR EL SMI?
            Si en otras ocasiones he criticado en mis escritos a la ¿izquierda? morada estatal, hoy, sin duda, toca felicitarles, o al menos, poner en valor la iniciativa presentada por esta fuerza política en el Parlamento de Madrid. Sí, estoy hablando de la Proposición de Ley para subir el salario mínimo interprofesional más allá de los 900 € en un trienio.
            La medida oportuna, lógica y ética, parece revolucionaria en un Estado donde nada se mueve que no vaya al fondo a la derecha. Sin embargo, es una medida claramente insuficiente si realmente pretendemos acabar con la pobreza. Es insuficiente si deseamos hacer justicia social. Y ahí eché en falta arrojo, arrestos y valentía, sobre todo desde la bancada que mejor me representa desde mi tierra, Euskal Herria.
            Subir el salario mínimo interprofesional no es, por si mismo, garantía de nada. Igual que de poco serviría poner las maquinarias al rojo fabricando billetes para que todos pudiéramos hacer colección de billetes del monopoly global en el que vivimos. Repito para que no quede ninguna duda, subir el salario mínimo interprofesional es imprescindible, pero no la solución. Que los salarios mínimos suban no tendrá un efecto real contra la pobreza mientras la fractura social aumente, esto es, mientras la acumulación de la riqueza en manos de unos pocos siga sin freno. El mercado asumirá ese aumento de las rentas más bajas con un incremento del coste de vida igual o superior, porque el mercado medio seguirá estando muy por encima del poder adquisitivo de ese smi, y la situación de los pobres les seguirá importando una mierda a las clases altas y rentas medias.
            Una subida de 250€ sobre un smi de 650 es sin duda una gran subida, pero como diría Einstein; relativa. Todo depende con qué sea comparada. ¿Con el salario del Presidente del BBVA? 15470€ DÍA. Ahí está la aberración. Y con esa aberración hay que terminar y para ello, subamos el smi, sí, pero también implantemos el SMI Salario Máximo Interprofesional. ¿En cuánto? No lo sé, pero aquí dejo unas ideas;
-         El ingreso máximo por persona no podrá exceder en más de 20 veces el salario mínimo interprofesional. Estaríamos hablando de que en la actualidad una persona no podría ingresar más de 13000 € al mes, una cantidad más que suficiente. Incluiríamos en esos ingresos, no solo salarios, sino también dividendos y otros ingresos como rentas… etc. Quedando fuera aquel patrimonio que para monetarizar requiere su quebranto. Viviendas, propiedades… etc.
-         El salario máximo de una empresa no podrá exceder en más de 6 veces el salario mínimo de la misma. Esto significaría que si una empresa puede “permitirse” pagar a un directivo el máximo de 13.000€/mes tenga que abonar al trabajo de menor cualificación un salario mínimo de 2300€/mes.
Los beneficios son muchos. En primer lugar, que los primeros interesados en subir el smi serán precisamente los que ahora quieren que desaparezca, ya que si desean tener mayores ingresos eso pasará irremediablemente por aumentar los salarios más bajos. En segundo lugar porque frenaríamos las indecentes acumulaciones de capital, obligando, en todo caso a la reinversión de la riqueza, ya que si los dividendos que la empresa me genera no los voy a poder cobrar porque exceden mis ingresos máximos, no me quedará otra que reinvertir en la misma. Redistribución de la riqueza, control de la economía y coste de vida… etc.
¿Te parece un planteamiento marxista, utópico, de locos? Pues en mi opinión es sólo una simple propuesta reformista, lejos de una verdadera mirada revolucionaria, y te lo explicaré con dos ejemplos;
La administración vasca establece en la Ley 6/1989 que la cuantía máxima que cobrará un funcionario no podrá exceder en más de 3 veces el salario del grupo más bajo. (PNV, de marxista-leninista poco tienen estos)
El Grupo Mondragón (compuesto por más de 260 empresas cooperativas) establece diferentes ratios en función de la empresa pero la media se establece en que el salario máximo no puede exceder en 6 veces el mínimo.

Fight! 

martes, 22 de noviembre de 2016

Donald, Ángela y la plebe

DONALD, ANGELA Y LA PLEBE
            Se dice, se comenta, que los ríos de la política internacional bajan revueltos, como los huevos por las mañanas. Algo que sin duda sorprende en este remanso de paz y tranquilidad que es el mundo que nos ha tocado vivir. Cualquiera diría que ahora, sólo ahora, la política internacional estuviera hecha unos zorros. Que lo de Ucrania, Siria, Afganistán, Libia, Irak, Egipto, Sudan Norte y Sur, Tíbet, Cachemira, Chechenia,… son sólo males necesarios. Que la escalada bélica y los movimientos de tropas de la OTAN son ejercicios de video consola, porque es ahora cuando el final empieza. Ahora que hay un misógino, racista y fascista en la White House viviendo en un triplex a casi 200 metros del suelo.
            Nunca había ocurrido eso. Todos los presidentes norteamericanos, estadounidenses para más señas, habían sido bellísimas personas. Hombres de paz que sólo hacían la guerra obligados por el bien común. Una guerra al año como mínimo, y salvo una civil, y unas pequeñas escaramuzas con Pancho Villa, todas lejos del suelo expropiado a los nativos. Pero lo de Donald-Gilito-Trump is different. Parece ser que éste sí que está loco, no como Reagan que soñaba con una guerra de las galaxias a gran escala contra el monstruo soviético. Fíjense si estará zumbado éste hombre que ha logrado que hasta las derechas rancias europeas apoyen a los que se supone social-demócratas yankees y sufran algo así como una esquizofrenia que les permite acusar a izquierda y ultra-derecha de connivencia con el fanático de la construcción de muros. Todo esto en menos de quince días de gobierno.
            Tan liada está política internacional que las avanzadísimas democracias europeas tienen que imitar y superar a los malvadísimos gobiernos populistas sudamericanos para tratar de frenar a los populismos de aquí. Sólo así podemos entender que, después de las brutales campañas de acoso y derribo contra Chavez, Correa, Evo… por sus intentos de perpetuarse en el cargo más allá de los dos mandatos, sea Ángela, Ángela Merkel, la que tenga que sacrificarse y presentarse por CUARTA vez consecutiva.
            Tan revuelta está la política internacional que, vaya usted a saber lo que podría ocurrir si no aceptamos a los mangarranes que nos gobiernan y dejamos que el populismo sin sentido nos gobierne. Porque la plebe es tan estúpida que siempre elige a Barrabás, un ladrón. No como el otro, que desde el Vaticano roba a espuertas pero lo hace en nombre del bien común.
            Y yo ya no sé ni que pensar. Porque todo es tan nuevo que siento que viajo al pasado. Porque no me canso en repetir, ahora que acabamos de rememorar el 80 aniversario de la muerte de Durruti, sus palabras “Ningún gobierno lucha en contra del fascismo para destruirlo. Cuando la burguesía ve que el poder se le escapa de sus manos, alza al fascismo para mantener sus privilegios”. A eso suena todo esto. Pareciera que la plebe ya no tragaba a gusto las ruedas de molino con las que les obligaban a comulgar, y ante eso, para que vuelvan al redil antes de que desborden las vallas, nos muestran que “la noche es oscura y alberga horrores”. Yo, por de pronto, como cantaba Oskorri;


ez dakit zer daukagun               Yo no sé qué tenemos
bake ala gerra                            paz o guerra
bainan nik badaezpadan            pero yo, por si acaso,
egin dut puzkerra                      me he tirado un pedo

viernes, 18 de noviembre de 2016

La autofagia popular

LA AUTOFAGIA POPULAR

            El Partido Popular, el mismo que gana en Madrid a pesar de todo lo que hace, en mi tierra camina hacia la irrelevancia. Ese es un hecho constatable en las cifras;

Elecciones y fecha
Votos
%
Diputados
Candidato
Posición
43.751
4,77
2
100.581
9,36
7
55.606
4,86
2
83.719
8,23
6
146.960
14,41
11
251.743
20,13
16
326.933
23,12
19
210.614
17,40
15
144.944
14,09
13
129.907
11,73
10
107.357
10,16
9
a Como Alianza Popular.
b Como Coalición Popular.

Pero  también en las sensaciones.
A nadie ha descolocado más el nuevo tiempo que se vive en Euskal Herria que a la vieja guardia de la derecha europea más rancia. Sin poder apelar a su dolorosa situación de víctima, y con un PNV más autonomista que nunca que le arrebata el discurso liberal y hace absurdo el discurso del miedo al independentismo, el PP vasco está desubicado. Y ante esta nueva situación su única propuesta es Numancia, resistir estoicamente, y suicidarse al final.
            El PP vasco ha optado por quemar las naves que, como a Alejandro Magno, eran lo único que le unían a la realidad, a la calle, a la ciudadanía. Está empeñado en romper todos los puentes que puedan quedar entre su manada y la humanidad, convencidos de su victoria y de que tarde o temprano Madrid acudirá a rescatar a los valerosos caudillos que resistan en las almenas. La plebe que fenezca pendón en ristre.
            Esa es la única explicación posible a su forma de actuar en los últimos tiempos. Prietas las filas. Que no se mueva nadie. Y así, pétreos como el ejército de terracota mantienen que nada ha cambiado. Que una pelea de bar es lo más grave jamás ocurrido desde el holocausto. Que todos quieren acabar con su legado. Que los intentos de desarme ordenado de ETA son en realidad ataques a la convivencia.
            Pierden la cabeza, y terminado el viejo discurso deciden adaptarlo. Si no es suficiente enfangar la paz, inician nuevas guerras, removiendo el fango. Nuevos enemigos. Azuzan el avispero xenófobo atacando las ayudas sociales. Explotan el racismo al primer problema de convivencia, con la llegada de los pichis a Abetxuko. Y buscan réditos de situaciones que requieren responsabilidad, calma, sosiego y trabajo, mucho trabajo, como con el tema de los menores de Sansoheta. Y sí, consiguen su público, pero a cambio se quedan en soledad. Rompen cualquier posibilidad de acuerdo con el resto, y eso es la irrelevancia. Hacia ella se lanzan.

            Se quedan solos con sus aguerridos fieles, pero no aspiran a más, y estos, poco a poco los abandonarán. Ese es su futuro, y yo me alegro. Porque nadie en estos momentos es más contraproducente, más dañino y cancerígeno para la sociedad. Son, en definitiva, como gusanos nemertinos, que se comen a sí mismo si no encuentran comida, y pueden ingerir hasta el 95 % de su propio cuerpo y aun así seguir vivos, pero sin duda menos molestos. 

jueves, 3 de noviembre de 2016

Pobrecito mi patrón

POBRECITO MI PATRÓN
           
            He de agradecer haber nacido en una familia trabajadora pues está visto que es muy dura y desgraciada la vida del “emprendedor”. Y me toca… la moral. Y lo siento, que tienen razón y no he vivido en la pobreza, aunque por tiempos viví cercano a la indigencia gracias a “mi patrón”. Sí, hoy que los periódicos se hacen eco, en grandes titulares, de las pataletas del SEA (Empresarios Alaveses) y de CONFEBASK (Patronal Vasca) yo voy a contar una bonita historia real, de esas que llenan la parrilla de A3.
            Consumí 10 años de mi vida en una empresa de esas que según el SEA son maltratadas obligándoles a pagar el IAE a pesar de no tener beneficios. De hecho, aquella empresa no tuvo beneficios en aquellos 10 años ni en los 10 anteriores. ¡20 años con pérdidas! Y ahí sigue, facturando más de 12 millones anuales. Por lo tanto, supongo que abonará el IAE, aunque me consta que mantiene deudas considerables con todas las instituciones, de forma que ¡Vaya usted a saber! Lo que es seguro e indudable es que no abona Impuesto de Sociedades desde los 90 y que con el modelo fiscal actual, aunque tenga beneficios seguirá sin abonar impuesto otros 15 años más.
            “Mi patrón” no poseía sólo aquella empresa, y aunque a raíz del último Concurso de Acreedores le obligaron a aunar varias del grupo en una, aún mantiene (con diferentes socios) varias empresas más. Curiosamente, sólo una de esas empresas tenía beneficios (hablo en pasado pues hace varios años que no tengo relación contractual alguna y le he perdido la pista) Una empresa que no tiene producción alguna y que se dedica a alquilar los pabellones y las maquinarias a las demás, pero que por lo visto no tiene relación con ellas. “Cosas que hacen cosas” que diría el filósofo.
            Hete aquí, que claro, que parece que mantener deudas perpetuas es complicado, así que de vez en cuando hay que hacer “ajustes”. Despidos, reducciones salariales, o directamente traspasar la deuda de la empresa a los trabajadores dejando de pagar las nóminas. Porque al fin y al cabo, agradecidos hemos de estar de mantener el empleo. De manera que en mis últimos 18 meses llegó a adeudarme casi 12 nóminas. Pero yo no tenía que pagar el IAE, sí un préstamo por un piso por el que al cuarto retraso la Vital amablemente me avisó de mi futuro embargo, sí una comida diaria que agradezco a quienes me apoyaron, familia y amigos, sí los gastos de comunidad que mis vecinos me recordaban a diario con misivas, y notas varias. Pero no tenía que pagar el IAE. Tampoco Patrimonio.
            Aquella empresa era un ejemplo, incluso un Lehendakari fue de visita a celebrar su onomástica. ¿Y “el Patrón”? ¡Un Santo! ¿Cómo sino denominar a alguien que mantiene una empresa sin beneficios SÓLO para el mantenimiento de los puestos de trabajo? Bueno, y un pequeño pellizco de 8.000 € mensuales para él y algunos familiares más. Migajas. Con eso no te haces rico. Pero acumulas un patrimonio modesto. Un par de edificios en el centro, algún chalet en la playa. Vamos, lo normal. ¿Con 8000 al mes? ¡Difamas! Sí, yo también me pregunto cómo es posible.
            Pero me desvío de lo importante. No todos los empresarios son así, menos mal, aunque aún los hay peores. Y el IAE es un impuesto injusto. Por supuesto, tienen razón el SEA y sus acólitos. También lo es el Impuesto de Patrimonio, así, por separado. Claro. Y el IVA, claro que sí, el IVA está en el primer cajón de la injusticia. Pero “Señores Patronos” recuerden que ésta fiscalidad la diseñaron ustedes a finales de los 80 para “pagar menos” Y eso es lo único que se esconde tras sus pataletas, que ya no se conforman con pagar menos, ahora directamente les gustaría no pagar, ni impuestos, ni salarios, ni ná. Y lo sé, generalizar está mal pero que quieren que les diga, los buenos empresarios que he conocido hace tiempo que abandonaron esas patronales.
            Y es que, si el problema radica en la “injusticia” del IAE y otros impuestos como el Patrimonio, y aceptan que pagar tributos es JUSTO, que no se trata sólo de pagar una “cuota” para mantener “los servicios básicos del Estado”, sino que se trata de la única herramienta válida para redistribuir la riqueza y reducir la acumulación, si aceptan eso, seguro que podríamos hablar de eliminar esos impuestos injustos y volver a tributaciones simples. Que vuelva a tributar el Patrimonio en el IRPF, que el Impuesto de Sociedades se convierta en un verdadero impuesto sobre beneficios sin 15000 bonificaciones diferentes que permiten la elusión y logran hacer que, sobre un nominal del 28, se pague de media un 6.

            Para finalizar, si no les gusta que éste o aquel Sindicato de Trabajadores les saque de forma peyorativa en sus carteles, o gentuza como yo escriba estos Post, lo tienen fácil, vigilen a sus pares, y demuestren a la sociedad que ustedes, los empresarios, son los primeros interesados en acabar con los depredadores, insolidarios, mezquinos, etc. que existen en sus filas. Si no lo hacen. Si además permiten que los más mezquinos lleguen a dirigir sus Asociaciones (Arturo Fernández in memoriam) no se sorprendan que les identifiquemos con ellos.

viernes, 21 de octubre de 2016

Violencia eres tú

VIOLENCIA ERES TÚ
            Vivo en un Estado donde se ejerce la violencia sin medida, a diario. En ese mismo Estado millones de personas, sin título alguno que les permita ser jueces, condenan y exigen que se condene determinadas actuaciones violentas. Un Estado que viola cuantos derechos se ponen en su mira. Un Estado podrido hasta la médula por corruptos, chupópteros y gentes de mal vivir que nos dicen cómo hemos de vivir nosotras, las que generamos la riqueza en la que nadan. Un Estado reducido a una bandera. Una bandera que no es la mía y día a día la de nadie.
            En el Estado en el que vivo los derechos de la ciudadanía están escritos en un libro que nadie lee, pero que, como con El Quijote, todos consideran una obra monumental mientras rugen los estadios. Ese libro es sagrado, no se toca, salvo que lo exija el Mercado desde su arbusto ígneo. Sus artículos son mandamientos que se cumplen a rajatabla, salvo algunas cosas. Ni vivienda. Ni trabajo. Ni igualdad. Ni libertad. Ni justicia. Todo queda empantanado bajo la palabra sacrosanta; Unidad.
            En este Estado se rasgan las vestiduras con rapidez ante una pelea tabernaria. Y por antecedentes uno se sorprende al ver que no sacaron su arma reglamentaria. Sí lo hizo el ex de una nueva víctima que tropezó con sus balas. No sirvió la denuncia previa, él tenía presunción de inocencia. Si lo hizo aquella benemérita en una gasolinera. O aquel que por wathsapp se vanagloria de sus viriles hazañas. “Y si estamos borrachos saco la pipa y se terminó la chorrada”. Y qué decir de aquel que, harto de la discusión, recordó que bajo el sobaco tenía un arma y decidió ganar la batalla del bar de su barriada. Todos ellos con alma de charol y de plomo calaveras, pero nada en común, que malas hierbas hay en todos lados.
            No soporta este Estado ataques a la libertad de expresión, al menos a la de un lado. Si universitarios se manifiestan, condena que te crio, que vienen adoctrinados, que se empieza denunciando y se termina rozando el centímetro con las manos. De periódicos cerrados mejor no hablamos.  Que la disidencia es violencia y nosotros la condenamos.
            Y así pasamos la vida, por violentos asustados. Violentos que gobiernan para ricos y para bancos. Que desahucian a familias. Que te explotan. Que roban. Y son votados. Y te quieren en silencio, te quieren bien callado, asustado. En este fabuloso Estado no es violencia pasar hambre. Dormir sin techo es pecado. Y tú, pecador confeso; feo y vago. No es violencia destruir la sanidad o la educación. No es violento un sistema que asesina a las mujeres, porque solo ellas mueren. Y son lobos solitarios, no hijos adoctrinados del patriarcado. No es violencia el paro, la inseguridad, que nos roben el presente, del futuro ya ni hablamos.

            Vivo en un Estado violento que amenaza a nuestros mayores con matarlos. Sí, no es ningún engaño. Sin pensión, sin jubilación, y trabajando. Que vivimos demasiado. Los pobres, quede claro, que los pudientes no molestan tanto. Nos dicen que no hay dinero para pagar las pensiones, ni siquiera hasta fin de año. No nos dicen que ellos lo han robado. Y sin vergüenza ni empacho, Blañez plañe; ¡Que trabajen! Y no condenan la violencia de este Estado, porque la violencia del poder de legal tiene marchamo. Fuera, a la intemperie quedamos el resto, quienes protestamos. A nosotras, no hay empacho, a nosotras la condena, a nosotras la violencia del Estado.     

martes, 18 de octubre de 2016

En toda guerra se disparan balas

EN TODA GUERRA SE DISPARAN BALAS
           
           Vivo en el hartazgo continuo, lo siento. Entiendo que debería vivir la vida desde un lado más positivo. Optimista. Eso debería ser yo. Ver la botella medio llena, en lugar de ser consciente de que se está vaciando. Pero así soy yo, y es que no me ponéis fácil ser de otra forma. Y lo intento. Lo prometo. Pero de un tiempo a esta parte la vida me supera.
            Ahora está de moda el cuñamometro. Repartir carnets de cuñados se ha puesto de moda. Lo que en principio parecía una forma hasta inteligente de tomarse con humor el antiguo ToLoSismo, o sea, de TOLOSAbe, se está destapando como una nueva forma de elitismo, tan actual en estos tiempos. Parece que para opinar hay que tener un par de carreras, tres masters, y algún doctorado. Y no, no tengo nada en contra de las personas instruidas, al contrario, pero esto se nos está yendo de las manos.
            Ya no basta con tener que escuchar, día sí y día también, a los nuevos pijo-progres hablarnos de la generación más preparada de la historia que tiene que trabajar de camareros, como si atender una barra no fuera algo digno. Que digo yo, que estaría bien que los y las amables camareras les dijeran algo amable cuando les pidan una caña. No, ahora también tenemos que callarnos y escuchar sus sabias y únicas opiniones válidas.
            Pero vivimos tiempos convulsos, y para los que nunca hemos sido de batucadas y repartir flores nos resultan curiosas ciertas posiciones antimilitaristas más propias de la pubertad que de instruidos universitarios. Gente que ocupa embajadas rusas por los bombardeos en Alepo y no se atreven a hacer lo mismo con los USA. Incluso alaban la misma actuación en Mosul. Personas que ven la guerra como si se enfrentaran arcángeles contra demonios, blanco o negro, buenos y malos. Personas, colectivos de importante influencia social que se rasgan las vestiduras porque el ejército saudí utiliza armas “made in Spain” para masacras yemenís. Y yo me pregunto si todo esto es fruto de la inconciencia o de la más pura hipocresía.
            Las balas que tú fabricas pueden terminar en tu pecho de obrero, claro que sí. Las armas se fabrican para asesinar. Los ejércitos no son, ni pueden ser defensivos, no se disparan las balas para interceptar otras balas, se disparan para matar personas. Ningún pobre diablo gana una guerra muriendo por su patria sino haciendo que otro pobre diablo lo haga por la suya.
            No se trata por tanto de hacer declaraciones pueriles contra las guerras, sino de reconocer que toda guerra tiene unas razones y unas raíces contra las que hay que luchar. Y sobre todo que pocas guerras existen que sean hechas por las clases populares. Como decía Paul Valery “La guerra es una masacre entre personas que no se conocen para beneficio de personas que sí se conocen pero no se masacran entre sí”
            Es noble, claro que sí, querer acabar con las guerras, pero para ello sólo hay un camino, terminar con las desigualdades, acabar con el hambre y la pobreza, pero sin hipocresías, sin olvidar que para ello hay que terminar con la riqueza y sí, probablemente ello requiera una guerra. Hay que acabar con la cultura de la destrucción, de la muerte, de las escaladas militares, y más que exigir que dejen de venderse armas, lamento no escuchar voces cualificadas exigiendo que se valore más a una persona cuidadora que a un ingeniero que diseña prototipos militares. Quizás por ahí pudiéramos abrir brecha al sistema, y sí, seguramente requeriríamos una guerra. Porque nadie (o casi nadie) cede sus privilegios por las buenas.

            Ahora puedes hacerte cruces, llamarme violento, engañarte y vivir en la hipocresía, o puedes aceptar la realidad y pensar que tu sofá es trinchera, pero no para tu revolución florida sino para perpetuar el Sistema. Si no te mueves no sentirás las cadenas, pero no significa que no las tengas. Y no, no te las van a quitar de forma voluntaria. ¡Pero qué voy a saber yo, si sólo soy otro cuñado más! Si no tengo tus conocimientos, ni tus títulos. Quizás esté equivocado y sea cierto que con trompetas cayeron los muros de Jericó. 

jueves, 6 de octubre de 2016

No me jodas, Amarna Miller

NO ME JODAS, AMARNA MILLER

            Mi primera discusión sobre sexo la tuve a una edad muy temprana, sobre los 5 o 6 años. Era domingo, un domingo cualquiera. Mi madre había preparado lo que nosotras, en casa, llamábamos paella y que yo voy a llamar arroz para evitar herir sensibilidades. Cuando nos sentamos a la mesa yo me enfadé porque entre los granos amarillos del arroz sobresalían unas pequeñas e infames bolitas verdes. - ¡Guisantes! – Clamé. –No me gustan- A lo que mi madre, envuelta en su bata de cocina respondió- Pero si no los has probado, ¿Cómo puedes decir que no te gustan?- Mas, cómo yo insistía en que aquella legumbre no me gustaba, y amenazaba con una pataleta histórica, mi madre decidió que no merecía la pena discutir con su hijo. –Pues si no te gustan los guisantes, los apartas- Y fin de la discusión. Mis padres y mi hermana siguieron degustando el arroz al completo mientras yo perdía el tiempo separando las bolitas verdes.
            ¿Qué dices? ¿Qué eso no fue una discusión sobre sexualidad, erotismo y/o placer? Puede, pero os aseguro que últimamente, cada vez que veo un debate en el que sale el tema de la sexualidad de las personas revivo este pasaje de mi vida. Y es que, no conozco otro tema en el que se viertan tal cantidad de opiniones “autorizadas” desde el desconocimiento.
No, ya sé que no es algo nuevo. Cuando el sexo era algo tabú, (si es que ha dejado de serlo) restringido moral, religiosa y legalmente al matrimonio “cómo Dios manda”. Cuando cualquier práctica fuera del “misionero” era considerada poco menos que una aberración, desviación, perversión y patología. El clero era quien marcaba las sanas directrices. “Creced y multiplicaos”. Tú, mujer, subyúgate al placer de tu esposo. Siempre atenta, siempre dispuesta y no goces. Clero, que en el caso católico, no cata, o no debería catar placer erógeno, y que sin embargo se creía y se cree con el derecho a darnos lecciones sobre qué está bien y qué no.
Pero los tiempos están cambiando, que decía el viejo trovador de Minnesota. Ahora, sobre el papel, se han despatologizado muchas de las prácticas sexuales ejercidas. Se presupone que, salvando al conservadurismo, el tabú que siempre ha rodeado al sexo se está diluyendo. (Permitan que muestre mi escepticismo) Y esto hace que se abran debates sumamente interesantes en nuestra sociedad, muchos de ellos gracias a la labor de un feminismo siempre activo y reflexivo. Se habla de prostitución desde otros parámetros, de porno, de sexos, de vida. Y yo aprendo, escucho y hablo poco, o al menos lo intento. Sin embargo, hay algo sobre lo que no hemos avanzado y que me empuja a escribir este post. Seguimos hablando de lo que desconocemos, y cómo un niño de 6 años, decimos que no nos gusta sin haberlo probado.
Contemplo con estupefacción como, cuando un debate alrededor del sexo se encona, todas las partes se permiten hablar del BDSM (Bondage, Dominación-Sumisión, Masoquismo) Es más, se lanzan raudos y raudas, veloces a utilizar el BDSM como argumento cuando la mayoría no lo han probado y muestran un desconocimiento total del tema. Y me recuerdan a esos curillas hablándonos de las obligaciones maritales, y lo sucio y pecaminoso del sexo por placer. Utilizan argumentos, datos que no se atreverían a utilizar con otros temas.
Recientemente he visionado un debate en el que en la mesa había cuatro mujeres y un hombre. Dato irrelevante sin duda, e incluso agradable porque no me quiero imaginar ese mismo debate con cinco machos alfa sobre la mesa. Se debatía, entre otras cosas, sobre el porno, y lo que de patriarcal tiene el mismo, y cómo no podía ser de otra forma, a los cinco minutos toda la mesa estaba hablando de las prácticas BDSM. Por sus comentarios no era difícil percatarse que ninguna de las personas allí presentes eran practicantes, para muchas toda la información que tenían de estas prácticas provenían directamente del “porno comercial” sobre el que se estaban posicionando. Y ahí está la clave. Que tanto quienes defendían dicha pornografía, como quienes la criticaban utilizaban los lugares comunes de ese “porno comercial” pensado para satisfacer un consumo heterosexual y masculino/machista, repleto de tópicos, latex y fustas.
De todos modos, no es mi intención defender una u otra práctica sexual y mucho menos opinar sobre la pornografía. Allá cada cual, yo puedo decir que soy aprendiz, y quiero aprender. Solo pido dos cosas, si van a utilizar el BDSM como arma arrojadiza infórmense, vayan, por ejemplo, a un local como el 5 Roses de Barna y contemplen, hablen con las personas allí reunidas. Sorpréndanse de que es más fácil ver sumisos que sumisas. Y la segunda petición es más simple, si no les gustan los guisantes apártenlos del plato, pero no nos obliguen a cocinar el arroz sin ellos.

Sin embargo, como viene siendo habitual, la nota de cordura la puso la intervención telefónica de Irantzu Varela. ¡Cuánto aprendo, y cuánto que agradecer a ésta mujer! Por fin alguien habló de las tres claves básicas, DESEO, PLACER Y CONSENSO. Sano, seguro y consensuado. Así de simple. Y por cierto y para terminar, hoy tengo la sana intención de darme un atracón de guisantes con jamón, porque no sé en qué momento los probé, y me gustaron. ¡Qué cosas!

lunes, 3 de octubre de 2016

Y ganó el NO

Y GANÓ EL NO

            Si le cantas a la paz el plomo desgarrará tu corazón. Hoy saldrá el sol, pero difícilmente podré calentarme. He despertado frío como el hielo, aunque algo arde en mi interior. Y escribo, escribo para vomitar la bilis acumulada porque sin palabras, sin papel, sin intelecto sólo quedan las balas.
            Apostar por la humanidad es perder en un segundo toda esperanza y el futuro que se avista es negro, es más que eso, es la nada de “La historia interminable” y sí, lo siento amiga, si un lunes por la mañana no te parece el mejor momento para leer un texto fundido en negro, pero así, de luto debiéramos amanecer quienes sólo aspiramos a vivir y ser vividos.
            Hoy ha ganado el pastor del ganado. Quienes se lucran del sufrimiento han entendido mejor este podrido mundo que quienes, ¡Ay ilusos!, pretendían crear un futuro. Así nos va, no me pidas hoy sonrisas.
            Que una mayoría social apueste por continuar la guerra desde su sofá dice mucho de este mundo. Y lo hacen desde el sofá, porque quienes sufren la violencia votaron mayoritariamente SÍ a la PAZ. Son los que lo ven por las pantallas de sus televisores, móviles, ordenadores los que han dado la razón al Señor de la Guerra. Sólo les vale la victoria total, el absurdo, lo imposible, solo les vale mantener un estatus de guerra que a algunos les ha permitido medrar. Vergüenza.
            Pero no, no me malinterpreten. No quisiera, ni puedo, ni deseo dar lección alguna desde esta Europa corrompida y nauseabunda. Análisis habrá a cientos que nos convenzan de que eso en un Estado de Derecho moderno (eufemismo utilizado para seguir marcando diferencias entre el “Occidente civilizado y los barbaros colonizables”) nunca hubiera ocurrido. Obviando que se parecen tanto los bloqueos de allá y Aiete. Que quién mantiene su txiringuito al albur de las balas no quiere recibirlas empaquetadas.
            Ayer ganó el NO a la paz de los que menos sufren la guerra, igual que arrasó el NO a la solidaridad de quienes se creen mejores. Y no, no me vale que el referéndum no fue válido por la baja participación. No nos hagamos trampas al solitario, si traspasásemos el resultado a unos comicios presidenciales, el partido Fascista que enarbolase esa bandera habría recibido el 65% de los votos. Esa es la realidad de un mundo que hoy no se merece mi respeto. Esa es la verdad que hay que leer, y dejar las batucadas.
            Y hoy no quiero politólogos que me expliquen cómo se perdió el mensaje. Hoy no quiero que me den clases sobre errores comunicativos. Hoy no valen lecturas sesudas porque las cuestiones eran sencillas y hasta un párvulo discerniría. Hoy no valen paternalismos. Hoy no vale justificar la ignorancia. El voto era simple en ambos casos, y en los dos perdió el ser humano. Victoria inapelable de quienes llevan gobernando el mundo, del matón del patio del colegio. Victoria de Darwin y su “Ley del más fuerte”

            Lo siento hijo mío, fracasamos, tu mundo aún será peor que el mío. Pero luchamos, te juro que luchamos, seguimos y seguiremos luchando. Desde la trinchera de la vida contra todos. Y no tengamos miedo a las cenizas, porque eso es lo único que querrán dejarte, nuestras manos construyeron éste mundo y volverán a hacerlo, una y mil veces. ¡Aguante mi gente valiente, la que dijo Sí a la esperanza, porque volvimos y volveremos!